La enfermedad de Alzheimer, en la gran mayoría de los casos, es de origen multifactorial asociado a diversos factores de riesgo presentes a largo de nuestra vida. Alteraciones metabólicas y disfunción en el metabolismo de la glucosa cerebral han sido amplicamente reportados, estando presente incluso en etapas tempranas de la enfermedad. Recientemente, se ha postulado que la microbiota intestinal puede también jugar un papel importante en la patogenia del Alzheimer, siendo que la presencia de ciertas bacterias se asocian con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad. Esto es de crucial importancia, puesto que tanto las alteraciones metabólicas, como la microbiota intestinal, pueden ser moduladas por la dieta.
En el laboratorio nos hemos enfocado en estudiar el impacto de las dietas ricas en alimentos bioactivos y en prebióticos sobre la función cerebral, dentro del denominado eje microbiota-intestino-cerebro. Hemos podido determinar que, al cambiar la ecología intestinal con la ingesta de diversos alimentos, se modula la liberación de productos microbianos mejorando así la función cognitiva y evitando la neurodegeneración en modelos transgénicos para el Alzheimer, así como en modelos de obesidad inducida por dieta. Estos datos nos indican, por una parte, que la ingesta de algunos alimentos podría prevenir la aparición de daño cognitivo en edades avanzadas y por otra, resalta la importancia de nuestra microbiota en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
Otra línea de investigación que hemos desarrollado ampliamente, es la caracterización de la marmoseta común, un primate no-humanos, y de la musaraña arborícola, un scadentia, como modelos de envejecimiento con neurodegeneración. Estos modelos tienen la gran ventaja de presentar una secuencia genómica cercana al humano, así como un desarrollo estructural y cognitivo más complejo en comparación con los roedores. Además, presentan diversas alteraciones celulares y funcionales que los posicionan como modelos ideales para entender la fina línea que divide al envejecimiento normal de la neurodegeneración.
Estudio de la Disfunción del Estroboloma durante la Perimenopausia como Factor de Riesgo para Desarrollar Alzheimer
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